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Marketing Omnicanal

Claves, Tendencias y Estrategias de Expansión

La experiencia está en el mundo físico. La eficiencia, en el digital. El futuro, en su integración.

La revolución del retail

Lo que antes pasaba en años ahora ocurre en meses. La velocidad es clave. La transformación digital ha acelerado los cambios en los hábitos de los consumidores y en las lógicas del negocio minorista hasta tal punto que el comercio tradicional ya no será sostenible en menos de una década. 

En este nuevo escenario, el marketing omnicanal no es una opción, sino la base mínima para competir.

El consumidor ha cambiado, espera una experiencia fluida, personalizada y emocional. Ya no distingue entre lo físico y lo digital. El nuevo retail debe ser capaz de integrar ambos mundos en un único ecosistema.

¿Qué es el Marketing Omnicanal y por qué es imprescindible?

El marketing omnicanal es una estrategia integral que busca ofrecer al cliente una experiencia coherente en todos los puntos de contacto con la marca, tiendas físicas, ecommerce, redes sociales, apps, marketplaces, etc. 

El objetivo no es simplemente estar presente en muchos canales, sino integrarlos para que funcionen como una única entidad.

Los consumidores actuales cambian de canal constantemente. Pueden descubrir un producto en Instagram, investigarlo en Google, probarlo en tienda y comprarlo desde el móvil, por lo tanto la experiencia debe ser consistente, eficiente y sin fricciones.

La omnicanalidad eficaz requiere:

Narrativa de marca coherente, la historia, tono y valores de la marca deben mantenerse consistentes en todos los canales.

Por ejemplo, si una marca transmite sostenibilidad y cercanía en redes sociales, ese mismo mensaje debe vivirse en la tienda física, desde el lenguaje del personal hasta la ambientación del local.

Datos compartidos en todos los canales, significa que la información del cliente, el historial de compras, las preferencias y comportamientos deben estar disponibles y sincronizados entre los diferentes puntos de contacto.

Por ejemplo, si un cliente añade un producto a su carrito en el ecommerce, esa información debe estar disponible si entra en una tienda física o si contacta por WhatsApp con atención al cliente. Esto permite dar continuidad a la experiencia y personalizarla en tiempo real.

Sistemas de tecnología unificada, hace referencia a que las distintas soluciones tecnológicas de la empresa, como el sistema de gestión de inventario, el CRM, la plataforma de ecommerce, las aplicaciones móviles y las herramientas de marketing, deben estar conectadas e integradas para funcionar como un solo ecosistema.

Esto permite, por ejemplo, que un cliente pueda empezar una compra en un canal y terminarla en otro sin fricciones, y que el personal de tienda tenga acceso en tiempo real a los datos relevantes del cliente o del inventario.

Capacidad para personalizar proactivamente, implica anticiparse a las necesidades y deseos del cliente en lugar de reaccionar únicamente a sus acciones pasadas.

Esto se logra utilizando los datos disponibles, historial de compras, navegación, preferencias, para ofrecer productos, servicios o experiencias que el cliente aún no ha solicitado, pero que tienen alta probabilidad de interesarle.

Un ejemplo sería enviar una recomendación personalizada antes de que el cliente busque un producto específico, o adaptar el diseño de la tienda según las características demográficas predominantes en esa ubicación. Este tipo de personalización genera sorpresa, refuerza la relevancia de la marca y mejora la experiencia general.

Cultura centrada en el cliente, clave para una experiencia diferencial. Adoptar una cultura centrada en el cliente significa alinear toda la organización, desde la dirección estratégica hasta el personal de tienda, con una filosofía que sitúa al cliente en el centro de cada decisión.

No se trata únicamente de satisfacer necesidades puntuales, sino de comprender y anticipar expectativas, emociones y comportamientos para generar una relación de valor mutuo a largo plazo.

Esta orientación implica rediseñar procesos, productos y servicios desde la perspectiva del consumidor, adaptando la oferta a las particularidades de cada mercado y promoviendo una escucha activa a través de canales de retroalimentación constantes.

Un claro ejemplo es cuando una empresa localiza sus tiendas en función de los hábitos de consumo de cada zona, o cuando permite que los empleados resuelvan incidencias de forma autónoma, sin burocracia innecesaria, fomentando así la agilidad operativa y la confianza del cliente.

Una organización centrada en el cliente empodera a sus equipos, les brinda formación en empatía y les otorga autonomía para actuar con criterio. Esta actitud proactiva convierte cada interacción en una oportunidad para fortalecer la relación, entendiendo que el cliente no es una simple transacción, sino una conexión que debe cultivarse con cuidado y coherencia.

Más allá de la satisfacción, el objetivo es alcanzar una lealtad emocional y construir experiencias memorables que diferencien a la marca en un entorno cada vez más competitivo.

Hoy, el marketing omnicanal es el idioma que habla el cliente. No dominarlo significa quedar fuera de la conversación.

De la omnicanalidad a la expansión, puentes entre lo digital y lo físico

La expansión implica mucho más que abrir tiendas físicas. Supone integrar esos espacios dentro del ecosistema digital, transformándolos en plataformas de captación, experiencia y fidelización.

Acciones clave:

  • Permitir comprar online y devolver en tienda, esta opción, permite al cliente adquirir productos a través del canal digital y, si lo desea, devolverlos físicamente en una tienda. Esta práctica no solo reduce la fricción para el consumidor al simplificar el proceso de devolución, sino que también incrementa el tráfico en tienda, generando oportunidades de venta cruzada y fidelización. Un buen ejemplo de esto es Zara, que permite gestionar devoluciones online en sus tiendas físicas, facilitando la experiencia del usuario y optimizando la logística inversa.
  • Click & collect con logística optimizada, este modelo permite al cliente comprar un producto online y recogerlo en la tienda física en un plazo breve, sin costes de envío y en un horario conveniente. Para que funcione correctamente, la empresa debe coordinar sus sistemas de inventario, preparación de pedidos y comunicación con el cliente. Una logística optimizada implica minimizar los tiempos de espera, tener zonas de recogida bien señalizadas y procesos claros para el personal. Marcas como Decathlon o Leroy Merlin lo hacen muy bien, permitiendo incluso elegir la franja horaria de recogida y garantizando disponibilidad en tiempo real.
  • Ver en tienda y comprar online (webrooming), este comportamiento ocurre cuando un cliente visita una tienda física para ver, tocar o probar un producto, pero luego decide completar la compra a través del canal digital, muchas veces atraído por precios más competitivos, disponibilidad de stock o conveniencia de entrega a domicilio. Para aprovechar esta tendencia, las marcas deben asegurarse de que su ecommerce esté optimizado, con buena usabilidad, información detallada del producto y facilidades de pago y envío. También es clave capturar los datos del cliente en tienda y crear puentes digitales, como el envío de un correo con el producto que ha consultado o promociones especiales si finaliza la compra online.
  • Tener inventario unificado en tiempo real, significa que todas las unidades de negocio, tanto físicas como digitales, deben compartir una misma base de datos de inventario que se actualice al instante. Esto permite saber con exactitud qué productos hay disponibles, en qué tienda estan ubicados y en qué cantidad. Por ejemplo, si un cliente quiere comprar online un artículo pero necesita recogerlo en tienda ese mismo día, el sistema debe poder confirmar su disponibilidad inmediata. Esto mejora la experiencia del cliente, reduce errores, evita rupturas de stock y facilita operaciones como el click & collect, las reservas online o las devoluciones en distintos puntos de venta.

 

Las tiendas deben actuar como centros de experiencia y logística local, no como entidades aisladas. Esto permite reducir el CAC (coste de adquisición del cliente), aumentar el CLTV (valor de vida del cliente) y construir relaciones duraderas.

La evolución de la tienda física, del punto de venta al centro de experiencia

La tienda física ya no compite con lo digital en surtido o precio. Su propuesta de valor reside en la experiencia:

  • Ver, tocar, saborear el producto, significa ofrecer una experiencia sensorial completa que solo es posible en el canal físico. Ver permite al cliente apreciar el diseño y los detalles estéticos del producto; tocar transmite calidad, textura, peso y ergonomía, aspectos decisivos en sectores como moda, mobiliario o tecnología; y saborear (cuando aplica, como en alimentación o bebidas) establece una conexión emocional y de placer inmediato con la marca. Esta interacción física crea un vínculo más fuerte con el producto y reduce la incertidumbre previa a la compra.
  • Recibir asesoramiento humano y personalizado, significa que los clientes pueden interactuar con personal capacitado que entiende sus necesidades, conoce a fondo los productos y puede ofrecer recomendaciones adaptadas al perfil del comprador. A diferencia de los canales digitales, donde la información es estandarizada, en tienda se puede ajustar la comunicación, resolver dudas en tiempo real, y generar una conexión empática que mejore la confianza y favorezca la decisión de compra. Esto es especialmente relevante en sectores como tecnología, cosmética o moda, donde las preferencias y dudas pueden ser muy específicas.
  • Vivir una experiencia sensorial que refuerce la conexión emocional, se refiere a crear un entorno en tienda que estimule los sentidos del cliente (vista, tacto, olfato, oído e incluso gusto), generando una sensación memorable que conecte con su parte emocional. Esto puede lograrse mediante una iluminación cuidada, música ambiente alineada con la marca, fragancias corporativas, pruebas de producto o espacios de interacción inmersivos. El objetivo es hacer que el cliente no solo compre un producto, sino que recuerde cómo se sintió al estar allí, lo cual fortalece la relación con la marca y aumenta la probabilidad de fidelización.

Ejemplos de esta transformación:

  • Bonobos y su modelo de «tienda probador»: esta marca estadounidense revolucionó el concepto de tienda al eliminar el inventario para la venta directa. En sus locales físicos, los clientes pueden probarse las prendas, recibir asesoramiento personalizado y realizar el pedido online desde la misma tienda. La ropa se entrega posteriormente en el domicilio del cliente. Este formato híbrido reduce costes operativos, mejora la experiencia de prueba y refuerza la omnicanalidad, ya que integra perfectamente la experiencia física con el proceso de compra digital.
  • Apple y su enfoque de espacios para experimentar: las Apple Store están diseñadas como lugares donde los clientes pueden interactuar con los productos libremente, recibir asistencia personalizada y participar en talleres o demostraciones. No se trata solo de vender, sino de crear una experiencia de marca completa. Los empleados actúan más como asesores que como vendedores, y el diseño del espacio —minimalista, abierto y accesible— refuerza la imagen de innovación y simplicidad. Este enfoque transforma la tienda en un lugar de descubrimiento y conexión emocional con la marca.
  • Marcas DTC (direct to consumer) que abren espacios para reforzar marca: estas marcas, que nacen y se desarrollan principalmente en el entorno digital, han comenzado a abrir tiendas físicas no con un objetivo puramente transaccional, sino como herramienta para aumentar la notoriedad de marca, generar confianza y ofrecer experiencias sensoriales que no pueden replicarse online. Ejemplos de esto son Warby Parker, Glossier o Allbirds, que han transformado sus espacios físicos en extensiones vivas de su universo digital, donde los clientes pueden tocar los productos, interactuar con asesores de marca y participar en actividades o eventos alineados con sus valores y estilo de vida.

 

Las tiendas son también fuentes inigualables de small data cualitativo, se refiere a los datos obtenidos de forma directa a través de la observación, la conversación y la interacción con los clientes en el punto de venta.

Por ejemplo, los vendedores pueden identificar por qué un producto despierta interés pero no se compra (precio, tamaño, falta de información), qué características del producto son más valoradas (calidad, diseño, funcionalidad) o qué preguntas o dudas frecuentes tienen los compradores.

Estos datos, aunque no masivos, son muy valiosos para ajustar la oferta, mejorar la experiencia y tomar decisiones estratégicas más cercanas a la realidad del cliente.

La nueva era del retail, tecnología, datos y personas

No basta con invertir en tecnología. Es fundamental entender cómo se va a aplicar (qué procesos se van a digitalizar o automatizar), por qué se elige una solución tecnológica concreta (cuál es el beneficio esperado o el problema que resuelve), y para quién se diseña esa tecnología (quién es el usuario final, ya sea un cliente o un empleado).

Por ejemplo, una pantalla táctil en tienda debe estar alineada con los hábitos del cliente objetivo, ofrecer valor inmediato y estar bien integrada con el resto del recorrido de compra. De lo contrario, se convierte en un gasto sin retorno claro.

Tecnologías clave para el retail omnicanal:

  • Sistemas de inventario en tiempo real, permiten tener una visibilidad inmediata y precisa del stock disponible en todas las ubicaciones, tiendas físicas, almacenes, centros logísticos y ecommerce. Gracias a esta capacidad, las marcas pueden evitar la venta de productos agotados, mejorar la precisión de las entregas, facilitar operaciones como el click & collect, y reducir los costes de almacenamiento y logística. Un sistema así también permite redirigir pedidos desde el punto más cercano al cliente, mejorando los tiempos de entrega y la experiencia general de compra.
  • CRM centralizados, un sistema CRM (Customer Relationship Management) centralizado permite unificar toda la información relacionada con los clientes en una sola plataforma accesible por todos los departamentos de la empresa. Esto incluye datos de contacto, historial de compras, preferencias, interacciones anteriores y respuestas a campañas de marketing. Gracias a esta visión única del cliente, se pueden personalizar las comunicaciones, anticipar necesidades, automatizar procesos y ofrecer una atención más eficiente y consistente, independientemente del canal de contacto. Plataformas como HubSpot, Salesforce, son ejemplos de herramientas que permiten esta integración.
  • Automatización del marketing, se refiere al uso de tecnología para gestionar de forma automática campañas y acciones de marketing, reduciendo la intervención manual y aumentando la eficiencia. Esto incluye desde el envío de correos personalizados según el comportamiento del cliente, hasta la programación de mensajes en redes sociales, la segmentación de audiencias o la activación de descuentos dinámicos. Por ejemplo, si un cliente abandona su carrito en el ecommerce, el sistema puede enviarle automáticamente un recordatorio o una oferta personalizada para recuperar esa venta. Plataformas como Mailchimp, Klaviyo o ActiveCampaign son herramientas populares para automatizar estos procesos.
  • Herramientas de recomendación, se trata de sistemas inteligentes que analizan el comportamiento de los usuarios, clics, búsquedas, tiempo de visualización, compras anteriores, para sugerirles productos o contenidos que probablemente les interesen. En el contexto del retail, esto se traduce en recomendar artículos personalizados en una tienda online o incluso en pantallas dentro de la tienda física. TikTok, por ejemplo, utiliza un sistema de recomendación altamente sofisticado que muestra contenido relevante según el patrón de consumo del usuario. Este enfoque puede adaptarse al comercio para crear experiencias de compra más personalizadas, eficientes y atractivas, incrementando las tasas de conversión.
  • Plataformas de recogida de datos en tienda, QR, pantallas, tablets, son herramientas tecnológicas instaladas en el punto de venta que permiten recopilar información directamente del cliente o sobre su comportamiento en tienda. Por ejemplo, un código QR puede dirigir al cliente a una encuesta de satisfacción o a una ficha de producto enriquecida, una pantalla interactiva puede registrar qué artículos consulta con más frecuencia, y una tablet puede utilizarse para registrar preferencias de los clientes, ofrecer promociones personalizadas o registrar al cliente en un programa de fidelización. Toda esta información alimenta el CRM y permite tomar decisiones basadas en datos reales y actuales.

Pero la verdadera diferenciación viene de las personas:

Personal formado para ofrecer experiencias, hace referencia a empleados capacitados no solo en conocimientos técnicos o de producto, sino también en habilidades blandas como la empatía, la escucha activa, la comunicación emocional y la creatividad para crear momentos memorables.

Estos perfiles no se limitan a vender, sino que actúan como embajadores de marca, capaces de conectar con el cliente, entender sus necesidades y ofrecerle un acompañamiento personalizado que transforme la visita en tienda en una vivencia significativa.

Las 10 reglas del retail (Kotler – Retail 4.0)

1. Sé invisible

La tecnología debe estar integrada sin molestar. Esto significa que debe estar presente para facilitar la experiencia, pero sin interrumpirla ni generar confusión.

Por ejemplo, el uso de sensores para detectar movimiento y activar iluminación o música ambiental puede mejorar la atmósfera sin que el cliente sea consciente de la intervención tecnológica. Otro caso sería el pago contactless o por móvil, que permite una transacción rápida y sin fricciones.

El objetivo es que el cliente no perciba la tecnología como un obstáculo, sino como un facilitador invisible que mejora su recorrido. No se trata de llenar la tienda de pantallas, sino de eliminar fricciones.

2. Sé uniforme

Esto significa que las marcas deben ofrecer una experiencia coherente en todos sus canales, ya que los consumidores cambian de uno a otro de forma natural.

Un cliente puede ver un producto en redes sociales, probarlo en tienda y luego comprarlo desde su casa. En este caso, debe percibir siempre la misma identidad visual, el mismo tono de comunicación, los mismos precios y un servicio igual de eficiente.

Un ejemplo de aplicación es IKEA, que ofrece una experiencia continua entre su app móvil, web y tiendas físicas, incluyendo inventario sincronizado y funcionalidades como realidad aumentada para planificar el hogar. Todos los canales deben formar parte de una experiencia coherente.

3. Sé un destino

Crea una razón para que el cliente quiera venir a la tienda. En un mundo dominado por la conveniencia digital, las tiendas deben transformarse en espacios atractivos, memorables y diferenciados.

No basta con tener productos en estanterías, hay que diseñar experiencias. Un ejemplo son las tiendas de Nike House of Innovation, donde el cliente puede personalizar zapatillas, interactuar con pantallas táctiles, probar productos en pistas deportivas e incluso participar en eventos exclusivos.

Estas experiencias convierten la visita en una actividad emocionante y con valor añadido que justifica el desplazamiento hasta la tienda. Una tienda debe emocionar, sorprender, motivar.

4. Sé leal

De programas de fidelización a crear comunidad. No se trata solo de ofrecer puntos o descuentos por repetición de compra, sino de establecer una relación emocional duradera con el cliente.

Esto implica generar espacios de interacción, reconocer y premiar la participación, ofrecer contenido exclusivo y escuchar activamente.

Un buen ejemplo es Sephora, que ha construido una comunidad de belleza donde los usuarios no solo compran, sino también comparten opiniones, reciben formación y se conectan con otros apasionados. La fidelidad moderna nace del vínculo emocional, no del incentivo transaccional.

5. Sé cercano

Conoce a tu cliente. Personaliza con conocimiento y empatía. La personalización reactiva, basada en lo que el cliente ya ha hecho, ya no es suficiente.

Es necesario adelantarse a sus intereses y comportamientos. Esto implica formar al personal de tienda para ofrecer recomendaciones adaptadas, utilizar los datos del CRM para enviar ofertas relevantes o incluso diseñar espacios de tienda ajustados al perfil local.

La cercanía también se construye con pequeños gestos, recordar el nombre del cliente habitual, preguntar por su experiencia previa o sorprenderlo con una atención genuina. Personaliza con conocimiento y empatía. La customización reactiva no es suficiente, hay que anticiparse.

6. Sé gestor

El retail necesita dirección artística. Esto significa que el comerciante debe actuar como un dierector que selecciona cuidadosamente los productos, servicios y experiencias que componen su oferta.

Ya no se trata solo de vender artículos, sino de construir una narrativa coherente y atractiva que conecte con un público específico. Por ejemplo, una tienda de cosmética nicho puede enfocarse en ingredientes sostenibles, diseño minimalista y rituales de belleza holísticos. Todo, desde la selección del surtido hasta el diseño del espacio y el lenguaje del personal, debe estar alineado con ese concepto.

Ser gestor implica tomar decisiones que den identidad y coherencia a la marca en cada punto de contacto. Selecciona productos, experiencias y servicios que definan tu propuesta de valor única.

7. Sé humano

La digitalización aumenta la necesidad de relaciones personales. En un entorno donde la tecnología automatiza gran parte del proceso de compra, las marcas que demuestran empatía destacan.

Ser humano en retail significa conectar emocionalmente, ayudar, generar confianza y construir relaciones duraderas. Por ejemplo, un vendedor que recuerda a un cliente habitual y le recomienda un nuevo producto basado en sus gustos anteriores, está generando un vínculo difícil de replicar online. Este trato cercano, humano y genuino es un diferencial competitivo esencial en la era digital. El servicio, la sonrisa.

8. Sé inagotable

Rompe los límites del espacio físico. Las tiendas ya no están limitadas a sus paredes. Hoy pueden ofrecer un ‘pasillo infinito’ a través de tablets, pantallas o códigos QR que conectan con el ecommerce y permiten mostrar referencias que no están en exposición física.

También pueden ofrecer servicios como click & collect o click & try, donde el cliente compra online pero prueba en tienda. La tienda se convierte así en un punto de acceso a todo el ecosistema de la marca, permitiendo al cliente decidir dónde, cómo y cuándo interactuar. La experiencia de compra se expande más allá del lineal tradicional. Click & try, click & collect, showrooming, pasillo infinito digital.

9. Sé exponencial

Cocreación, colaboración, plataformas compartidas. En lugar de competir de forma aislada, las marcas más innovadoras colaboran con clientes, comunidades y hasta con competidores.

Por ejemplo, una tienda puede invitar a sus clientes a participar en el diseño de nuevos productos, o colaborar con artistas locales para eventos o escaparates especiales. Este enfoque no solo multiplica el alcance y la creatividad, sino que también refuerza el sentido de pertenencia.

Ser exponencial significa pensar más allá del propio negocio y abrirse a construir valor compartido. No se trata de tener más, sino de sumar inteligentemente.

10. Sé valiente

Innovar implica riesgo, pero el mayor riesgo es no hacer nada. El entorno actual exige agilidad, prueba y aprendizaje continuo.

Ser valiente es atreverse a lanzar conceptos nuevos, experimentar con formatos distintos o probar tecnologías nuevas. La clave está en usar metodologías como el producto mínimo viable (PMV) para validar ideas rápidamente sin grandes inversiones.

Marcas como Glossier o Allbirds comenzaron con pruebas pequeñas, escucharon a su comunidad y escalaron tras validar el interés real. El miedo a equivocarse no puede paralizar la innovación, la velocidad es clave. pero el mayor riesgo es no hacer nada. Testea, experimenta, lanza rápido.

Omnicanalidad, la fusión perfecta

El modelo omnicanal no es una suma de canales, es una integración desde cero.

Lo físico aporta contacto, personalización, experiencia, significa que la interacción directa en el punto de venta permite una conexión humana que ningún canal digital puede replicar.

El contacto se refiere a la presencia real, al cara a cara con productos y personas, la personalización ocurre en el momento, adaptándose a las señales verbales y no verbales del cliente, y la experiencia incluye estímulos sensoriales como la música, la iluminación, el tacto del producto o el ambiente general de la tienda, que generan una memoria emocional más profunda que una pantalla.

Todo ello convierte la tienda en un espacio de valor emocional y comercial único.

Lo digital aporta conveniencia, datos, escalabilidad, esto significa que el entorno online ofrece al cliente una experiencia de compra ágil, cómoda y accesible desde cualquier lugar y dispositivo.

La conveniencia se refiere a la posibilidad de comprar en cualquier momento sin desplazarse, comparar precios al instante o recibir el producto en casa.

Los datos son la gran ventaja estructural del canal digital, cada clic, búsqueda o interacción deja un rastro que permite entender mejor al cliente y personalizar la oferta.

Y la escalabilidad implica que una tienda online puede atender simultáneamente a miles de personas sin límites físicos, lo que permite crecer rápidamente sin las barreras logísticas del canal físico.

La importancia de crear conexiones racionales y emocionales

Conexiones racionales

Precio, rapidez, eficiencia, estas son cualidades donde el canal digital suele tener una ventaja clara.

Las plataformas online pueden ofrecer precios más competitivos gracias a una estructura de costes más baja, una mayor capacidad de comparación entre alternativas y la posibilidad de automatizar descuentos dinámicos.

En términos de rapidez, permiten realizar compras en pocos clics, consultar disponibilidad inmediata y recibir el producto en casa en cuestión de horas o días. Y en cuanto a eficiencia, los procesos digitales están optimizados para minimizar errores, reducir pasos innecesarios y ofrecer una experiencia de compra fluida y sin fricciones. Por eso, en estos aspectos funcionales, el digital supera a lo físico.

Conexiones emocionales

Marca, valores, comunidad, servicio excepcional, estos elementos son los que permiten que una tienda física cree una conexión emocional profunda con el cliente.

La marca, expresada visual y verbalmente en el espacio, transmite identidad y propósito. Los valores se reflejan en el diseño, en la atención, en los productos elegidos, y generan afinidad.

La comunidad se construye cuando el espacio se convierte en punto de encuentro o interacción con otros clientes o con la marca de forma directa. Y el servicio excepcional es la atención humana, profesional, empática, que resuelve, acompaña y sorprende. Todos estos factores fortalecen la fidelidad y hacen que la experiencia vaya más allá de la transacción comercial.

Las marcas que lideren serán aquellas que dominen ambos tipos de conexión y las integren en una plataforma Omnicanal diseñada desde su ADN.

Diagnóstico estratégico, preguntas clave para el nuevo retail

  • ¿Cómo se conectan mis canales? Esta pregunta invita a reflexionar si los distintos puntos de contacto con el cliente, tiendas físicas, ecommerce, redes sociales, apps, marketplaces, etc, están integrados entre sí o funcionan como compartimentos estancos. Implica analizar si un cliente puede comenzar su recorrido en un canal y continuar sin fricciones en otro, manteniendo una experiencia consistente. También incluye aspectos como la sincronización de inventario, el historial del cliente compartido entre plataformas y la unificación del mensaje de marca. Si no hay conexión real entre los canales, la experiencia del usuario se fragmenta y se pierde valor en el proceso.
  • ¿Dónde está el valor que aporto? Esta pregunta obliga a identificar con claridad cuál es el diferencial que mi marca o tienda ofrece al cliente frente a la competencia. Puede estar en la calidad del producto, en el servicio al cliente, en la experiencia en tienda, en la propuesta de valores, en la comunidad que se crea o en la eficiencia de los procesos. Conocer con precisión dónde reside ese valor permite reforzarlo, comunicarlo de manera efectiva y construir sobre él una propuesta de valor sólida. Si no se tiene claro este punto, es difícil atraer, convencer y fidelizar al consumidor en un entorno tan competitivo como el actual.
  • ¿Cuáles son los puntos de fricción en el customer journey? Esta pregunta se refiere a identificar los momentos dentro del recorrido del cliente en los que la experiencia se ve obstaculizada, entorpecida o frustrada. Estos puntos de fricción pueden incluir desde una navegación confusa en la web, tiempos de espera prolongados en tienda, procesos de pago complicados, falta de información clara sobre productos o políticas de devolución, hasta una atención al cliente poco resolutiva. Detectar estos momentos críticos permite rediseñar procesos, simplificar la experiencia y eliminar barreras que podrían hacer que el cliente abandone la compra o tenga una percepción negativa de la marca. Es un paso esencial para optimizar la experiencia de usuario en entornos omnicanal.
  • ¿Estoy preparado para competir con nativos digitales? Esta pregunta evalúa si la empresa posee la agilidad, el conocimiento tecnológico y la cultura digital necesaria para enfrentarse a marcas que han nacido y crecido en entornos 100% online. Los nativos digitales destacan por su capacidad de innovación continua, uso intensivo de datos, automatización de procesos y enfoque centrado en el usuario. Competir con ellos requiere no solo incorporar tecnología, sino también adoptar sus metodologías ágiles, su capacidad de respuesta rápida al cliente y su dominio de la personalización. No se trata de copiar, sino de igualar su velocidad y adaptabilidad con la solidez del canal físico como ventaja complementaria.
  • ¿Estoy escuchando al cliente en la tienda? Esta pregunta busca identificar si la tienda física está diseñada no solo para vender, sino también para captar información valiosa a través de la observación directa, el diálogo con los clientes y el registro de sus comportamientos. Escuchar al cliente en tienda implica formar al personal para que detecte patrones de opinión, dudas frecuentes, objeciones comunes o intereses emergentes. También puede incluir el uso de herramientas como encuestas breves, buzones de sugerencias, dispositivos de feedback instantáneo o incluso el análisis cualitativo de las interacciones. Esta información puede nutrir decisiones estratégicas sobre surtido, precios, experiencia o atención.
  • ¿Uso los datos para personalizar? Esta pregunta invita a revisar si los datos recogidos en todos los puntos de contacto con el cliente, como el historial de compras, la navegación en la web, las interacciones en redes sociales o en tienda, se están utilizando de forma activa para adaptar la experiencia. Personalizar no es solo llamar al cliente por su nombre en un email, sino adaptar las recomendaciones de productos, los mensajes de marketing, las promociones o incluso la disposición de los productos en tienda según los patrones detectados. Implica también usar herramientas como el CRM y la automatización para anticiparse a las necesidades del cliente. Cuando se hace bien, la personalización aumenta la relevancia, la conversión y la fidelización.

 

La tienda es una fuente de información de calidad si se gestiona bien. Hay que rediseñar el modelo de tienda para generar valor y engagement.

El nuevo retail no se define por el canal, sino por la experiencia. Las marcas que integren tecnología, estrategia y calidad humana tendrán futuro.

La estrategia omnicanal no es solo tecnología, es una filosofía de marca. Si no emocionas, no conectas. Y si no conectas, no vendes.

La Omnicanalidad no es una tendencia, es el nuevo modelo.

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